Una historia forjada entre campo, familia y visión
En Montenuevo todo empezó con una familia, un pueblo y una forma de hacer las cosas con sentido.
Nuestra historia no se entiende sin Pizarral, sin la ganadería, sin el trabajo en el campo. A lo largo de los años, hemos evolucionado sin perder el origen, creciendo con paso firme, manteniendo lo que realmente importa: el compromiso con la calidad y con lo que somos.
Cría de los primeros cerdos propios
Diversificación hacia piensos y forraje
Nace Montenuevo en Pizarral
Nace la marca "Montenuevo" con raíces profundas en la tierra y una forma de hacer basada en el esfuerzo.
Impulso sostenible y apertura al exterior
Se amplían las instalaciones apostando por la eficiencia energética con una planta fotovoltaica propia. Además, comienzan las primeras exportaciones, consolidando el crecimiento de la marca.
Nuestro nombre y nuestra historia 
nacen del mismo lugar
En el corazón de Salamanca, rodeado de dehesas, encinas y piedra pizarra, se encuentra Pizarral. Aquí nació todo. Aquí aprendimos que el trabajo bien hecho lleva tiempo, y que la tierra da lo mejor cuando se cuida con respeto.
Nuestro nombre y nuestra forma de entender el ibérico no se explican sin este lugar.

