Una historia forjada entre campo, familia y visión
En Montenuevo todo empezó con una familia, un pueblo y una forma de hacer las cosas con sentido.
Nuestra historia no se entiende sin Pizarral, sin la ganadería, sin el trabajo en el campo. A lo largo de los años, hemos evolucionado sin perder el origen, creciendo con paso firme, manteniendo lo que realmente importa: el compromiso con la calidad y con lo que somos.
Nace Montenuevo en Pizarral
Fundación del proyecto ganadero familiar por Alfredo y Obdulia, con raíces profundas en la tierra y una forma de hacer basada en el esfuerzo.
Cría de los primeros cerdos propios
La segunda generación da el salto al ibérico criando sus propios animales y asumiendo el control del proceso desde el origen.
Diversificación hacia piensos y forraje
Se incorpora la venta de piensos, paja y forraje, aprovechando el conocimiento ganadero y reforzando la viabilidad del proyecto.
Inicio de la curación en local propio
La familia comienza a curar sus jamones, sentando las bases de las actuales instalaciones y controlando toda la cadena.
Nuestro nombre y nuestra historia
nacen del mismo lugar
En el corazón de Salamanca, rodeado de dehesas, encinas y piedra pizarra, se encuentra Pizarral. Aquí nació todo. Aquí aprendimos que el trabajo bien hecho lleva tiempo, y que la tierra da lo mejor cuando se cuida con respeto.
Nuestro nombre y nuestra forma de entender el ibérico no se explican sin este lugar.